Se podría pensar que los años de oro de un futbolista son aquellos en los que acumula triunfos sobre el césped, aquellos en los que es el protagonista de fichajes multimillonarios y que sus jugadas con el balón son seguidas por millones de personas. Sin embargo, pocos son los que consiguen despertar la misma expectación tras colgar sus botas. David Beckham ha conseguido traspasar esa barrera y vivir unos auténticos años dorados tras su retiro como futbolista.
Lo que se podría entender como una jubilación -prematura donde las haya, como la mayoría de las carreras deportivas- empezó para el futbolista en el año 2013, cuando se retiró tras pasar los filas del Paris Saint-Germain. Con 38 años y casi dos décadas a sus espaldas sobre un campo de fútbol, David Beckham dijo “adiós” para comenzar una nueva etapa de su vida, un periodo que le está aportando grandes satisfacciones.
“Desde que me retiré tengo más tiempo y quiero hacer mucho más -acaba de declarar Beckham durante la presentación del nuevo fondo de Unicef que lleva el número de la que fue su camiseta, el 7- todo lo que he hecho en mi vida, mi carrera futbolística, mi familia, me ha llevado al punto el que estoy. Ahora es el momento de hacer todo lo que pueda para ayudar a los niños. Esto es de lo quiero que mis propios hijos se sientan orgullosos”.
Con esta campaña la organización ha seleccionado siete áreas de actuación en las que es urgente hacer visibles las necesidades de la infancia, para lo que David -que lleva diez años implicado con Unicef- hará de altavoz ante los líderes mundiales, bajo el lema “Los niños primero”. Y es que si alguien se está beneficiando de la retira del futbolista esos son los más pequeños, los de zonas sensibles del planeta y también los suyos propios.
“Siendo honesto, me he convertido en un taxista. Soy el conductor de mis hijos. Les llevo a las siete al colegio, a cuatro colegios diferentes y los hago en una hora y cuarto. Después los recojo, llevo a los chicos a una escuela de futbol y vuelvo a por ellos, para llevarlos a casa”, contó Beckham recientemente, en un tono muy divertido en el programa de Jimmy Kimmel, cuando fue preguntado por su vida tras el retiro profesional.
Después de estar años viajando para jugar con el Manchester United, el Real Madrid, Los Ángeles Galaxy o el AC Milán, el exfutbolista se ha convertido en padre a tiempo completo de los cuatro hijos que tuvo junto a su mujer, Victoria Beckham. Los entrenamientos de Brooklyn, Romeo y Cruz, y los paseos con la pequeña Harper -su ojito derecho- han tomado un lugar protagonista en su agenda.
Sin embargo su “jubilación” deportiva nada a tenido que ver para que este padre entregado continúe siendo una estrella de la publicidad y un referente en el mundo de la moda. El tándem formado con Victoria, tras su matrimonio en 1999, ha conseguido ser un engranaje perfecto. Y a falta de de unos meses para que David llegue a los cuarenta -nació el 2 de mayo de 1975- continúa posando vestido o en ropa interior más atractivo que nunca.
David Beckham completa su agenda acudiendo a algunos de los eventos más selectos que se celebran en la capital británica, el último ha sido en la entrega de premios Bafta, a donde acudió solo y sin nada que envidiar a las estrellas hollywoodienses que allí se dieron cita. Cuando a Victoria sus compromisos como diseñadora se lo permiten, también se deja ver en la noche londinense e invariablemente se convierten en los invitados más esperados, como en la última gala de los premios de teatro Evening Standard o en los British Fashion Awards, donde la ex Spice Girl es una de las imprescindibles.
Ya sea como taxistas de sus hijos, como embajador de la infancia o como estrella publicitaria, David Beckham ha sabido convertir su retiro en unos años llenos de satisfacciones, para compartir con los suyos y con los que más lo necesitan. Una verdadera jubilación de oro.
