Eugenia Ortiz, hija mediana del cantante Bertín Osborne, ha encontrado una pasión nueva en su vida que compagina con su faceta de esposa y madre. Se trata de la repostería, una afición que nació como un hobby y que ya está a punto de convertirse en un próspero negocio.
La joven, casada con Juan Melgarejo y madre de dos niños, Juan y Sandra, siempre se ha sentido atraída por la gastronomía y más recientemente por su versión más dulce. Se apuntó a unos cursos para perfeccionar su técnica con los cupcakes y en poco tiempo ha conseguido ser toda una experta. Mientras la pareja decide si su futuro continuará ligado a España o por el contrario se instalarán en Roma debido al trabajo de Juan, Eugenia está aprovechando para dar rienda suelta a su nueva pasión.
Eugenia suele colgar sus obras en las redes sociales y son tantos los seguidores que alababan sus deliciosos dulces que incluso ha creado una nueva cuenta de Instagram dedicada exclusivamente a ello, en la que, además de deleitarnos con espectaculares fotos de sus creaciones, nos indica cómo realizar encargos. Tanto es así que incluso sus creaciones ya tienen nombre Heartbaking Eugenia. Toda una muestra de que esta nueva pasión podría labrarle un prometedor futuro en el campo de la repostería.
Por el momento hemos podido comprobar cómo, además de apetecibles cupcakes decorados de manera muy original y con mucho estilo, Eugenia elabora también unas espectaculares tartas personalizadas con fondant que no dejan indiferente a nadie.
En esta nueva etapa de su vida Eugenia, como no podía ser menos, cuenta con el apoyo de su marido, que no duda en hacer divertidos comentarios sobre sus creaciones del tipo: “Deseando llegar a casa, ¡hasta las hojas me voy a comer!”, refiriéndose a unos cupcakes de limón que había hecho su mujer.
Eugenia contrajo matrimonio con Juan Melgarejo el 17 de abril de 2011 en la iglesia de San Miguel de Jerez de la Frontera, la misma donde contrajeron matrimonio sus padres y su hermana Alejandra. Casi un año después, el 28 de marzo de 2012, venía al mundo su primer hijo, Juan, un precioso niño rubio de ojos azules que se convirtió en la alegría de sus padres. Año y medio más tarde, cuando Eugenia y Juan disfrutaban de un momento muy dulce en sus vidas, recibieron un duro golpe.
Eugenia se encontraba embarazada de mellizas pero el parto se adelantó y las mellizas vinieron al mundo con tan sólo 800 gramos de peso cada una teniendo que permanecer en la incubadora. Poco tiempo después perdían a la pequeña Leticia, lo que supuso un gran golpe para la pareja que tuvo sacar fuerzas para volcarse en la pequeña Sandra, que tuvo que permanecer en la incubadora durante tres meses. El pasado 23 de noviembre la niña cumplió su primer año de vida y ella, junto al pequeño Juan, que en breve cumplirá tres años, han conseguido que la pareja supere tan duros momentos.
Ahora Eugenia tiene una nueva ilusión en su vida y como en todo lo que se embarca, le ha puesto todo su amor y dedicación por lo que tan sólo nos queda desearle mucha suerte en esta nueva etapa.
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