“Hoy estoy, literalmente, viviendo mi sueño”. Estas son las palabras con las que Rolene Strauss define en su blog el momento que está atravesando. Hace unas horas se han convertido en la mujer más guapa del mundo. Con 22 años esta sudafricana se ha llevado a su país la corona por tercera vez, sin embargo, su 1´77 de altura encierra mucho más que belleza.
La nueva Miss Mundo es de esas personas que para hablar de ellas se remontan a sus orígenes. Su madre era estudiante de enfermería, mientras su padre se preparaba para ser médico en la University of the Free State, ahí fue cuando se conocieron en lo que su hija describe como un “cuento de hadas”. Un relato que se completa con que ella estudia actualmente Medicina en esa misma universidad de Bloemfontein -una de las tres ciudades más importantes de Sudáfrica- y está muy unida a sus padres y a su hermano con el que se lleva un año, y que es el hombre que más fotos ocupa en sus redes sociales.
Aunque ahora viaja por el mundo gracias a su belleza y estudia en una capital, Rolene recuerda su infancia en un pequeño lugar llamado Volksrust y se describe como “una chica de provincias con grandes sueños” que buscaba “dar lo mejor de ella, siguiendo su destino para convertirse en una mujer capaz de utilizar todo lo que ha recibido para inspirar, amar y dar”.
Su bitácora personal -lejos de estar plagada de consejos de belleza- está dedicada a otro tipo de reflexiones, normalmente espirituales y vitalistas, algunas relacionadas con la actualidad de su país, otras sobre su propio aprendizaje y algunas en las que utiliza investigaciones científicas para explicar el día a día. La vida es un jardín, es el título de la biografía que se está escribiendo sobre ella, donde habla de sus sueños (estudiar medicina y ser modelo). “Aunque mis ojos todavía están cegados por la magnitud de la vida, su belleza y las oportunidades que me brinda, me siento orgullosa de decir que mi semilla ha sido plantada en el hermoso jardín de Sudáfrica”, cuenta Rolene en una avance de su libro.
El último capítulo de su autobiografía podría relatar el triunfo que vivió el pasado domingo al abarrotado Centro de Exposiciones Excel y al recibir la corona de manos de su antecesora la filipina Megan Young, que se hizo con el título el año pasado en certamen celebrado en Indonesia. "Estoy intentando retener todo. Han sido tres semanas de duro trabajo, ahora quiero continuar la buena labor que han hecho mis predecesoras en los últimos años. A mis compañeras que han podido llegar tan lejos les digo que esto es un viaje, no un destino", dijo a Efe, emocionada, la nueva reina de belleza.
Lo cierto es que Rolene Strauss antes de pisar el escenario ya partía como una de las favoritas para llevarse la corona, según las casas de apuestas británicas. Un pronóstico que se cumplió cuando se impuso en la final a las representantes de Hungría, Estados Unidos, Australia e Inglaterra. La húngara Edina Kulcsar, de 23 años, se hizo con el puesto de primera dama de honor, y la estadounidense Elizabeth Safrit, de 22 años, quedó en el tercer lugar. La representante española, Lourdes Rodríguez, no logró clasificarse para la ronda de cuartos de final pero declaró sentirse orgullosa y haber sido una buena representante para nuestro país.
Con el triunfo de Rolene, la corona viaja a Sudáfrica por tercera vez en la historia de este concurso, después de los éxitos del año 1948 y 1974. Por delante se abre para ella una nueva etapa en la que pasará un año visitando diversos proyectos benéficos a nivel mundial, entre ellos una escuela que se construirá en Santa Barbara, ciudad natal de María José Alvarado, Miss Honduras, que falleció tragicamente el pasado mes de noviembre y cuyo recuerdo ha estado presente durante todo el concurso.
