El cantante Alejandro Sanz no puede estar en mejor momento. Tras el nacimiento el pasado 24 de julio de su carta hija, la pequeña Alma, fruto de su relación con Raquel Perera, el artista ha vuelto a subirse a los escenarios derrochando energía y buen humor en un concierto con el que ha puesto el broche de oro al Festival Starlite, en Marbella.
El mes de conciertos del Festival Starlite no podía tener un cierre mejor: el único concierto de Alejandro Sanz en España. Lleno absoluto. Todo vendido, tal y como comunicó una orgullosa Raquel Perera en sus redes sociales retwitteando un mensaje en el que se informaba de que el artista había logrado colgar el cartel de "no hay entradas".
"Lo único que pretendo, que lo pasen bien y se lleven una noche inolvidable y que les quede en el recuerdo", han sido las primeras palabras que el cantante dirigió a los asistentes en la Cantera de Nagüeles. Alejandro ha aparecido vestido completamente de negro, incluidas sus zapatillas. Con su típico pelo revuelto, sus tatuajes, su chapa metálica colgada al cuello, ha estado en todo momento implicando en sus canciones a un público en el que se han visto caras tan conocidas como la de Elena Tablada, Vicky Martín Berrocal, el torero Víctor Puerto y su mujer, Noelia, o Amelia Bono y Manuel Martos, que no dudaron en fotografiarse con el artista.
Los responsables de seguridad de Starlite tuvieron que rendirse a la "alejandromanía" y, a diferencia de otros recitales en los que advertían a los que se ponían en pie en la zona de platea que debían permanecer sentados, no han podido controlar a miles de personas bailando. Se trata del segundo año consecutivo que el cantante visita Starlite. Y, por el éxito de convocatoria, seguro que habrá un tercero.
El cantante ha ofrecido muchos de los temas de su último disco La música no se toca, del que ha vendido 22 millones de copias y es quíntuple disco de Platino en España. Y los éxitos de siempre. "Me gusta el calor de esta tierra. Estamos hasta el moño del frío" ha comentado en una de las noches más calurosas del verano marbellí antes de cantar Camino de rosas. Para Sanz la magia de la música es el uso de un lenguaje universal que une a todos.
Ha dedicado el segundo de sus popurrís, con el piano y los miembros de su coro a Paco de Lucía. "A él no le habría gustado, porque era muy tímido y habría dicho: para que me dedicas 'na'", ha advertido. También le ha dedicado Looking for paradise a su hija mayor, Manuela, que ha asistido al concierto.
Así concluye un mes de conciertos en la Cantera de Nagüeles en el que se han dado cita las principales figuras de la música nacional e internacional. El año que viene más.
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