Tragedia en Italia: tres fallecidos y medio centenar de heridos tras encallar un crucero de lujo

El 'Costa Concordia', que llevaba a bordo 4.229 pasajeros (177 españoles), encalló en aguas de la isla italiana de Giglio, en el mar Tirreno, en la región central de Toscana

Por hola.com

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"Estábamos en el caos absoluto, ninguno de la tripulación sabía decirnos qué hacer, la nave comenzó a inclinarse y todos fuimos lanzados unos sobre otros, cayendo e hiriéndonos", declaraba muy nervioso un miembro de una familia italiana que se hallaba a bordo del "Costa Concordia", el buque-crucero que anoche encalló, de momento por causas desconocidas, frente a la isla de Giglio cuando se dirigía desde el norteño puerto de Savona al de Civitavecchia, a 70 kilómetros al norte de Roma.

Al menos tres personas han muerto y varias decenas han resultado heridas al encallar el barco, con 4.229 personas a bordo, en aguas de la isla italiana situada en el mar Tirreno, en la región central de Toscana, según informaron fuentes de la Capitanía del puerto de Giglio. Los tres fallecidos son un miembro de la tripulación de origen peruano y dos turistas franceses, cuyos cadáveres han sido recuperados, según informaron los medios italianos.

A bordo del "Costa Concordia" iban 177 españoles y, aunque no hay ninguno hospitalizado, todavía se desconoce si entre ellos hay desaparecidos. De hecho, un grupo de nueve españoles que viajaba en el navío está buscando a uno de sus familiares, del que no tienen noticias desde el naufragio. Según explicó a EFE Vicente Salvador, de 20 años, estudiante y originario de Palma de Mallorca, desconocen el paradero de uno de los componentes del grupo. Se trata del tío de su novia, Guillermo, del que perdieron la pista cuando intentaban escapar del crucero.

La nave italiana, la más grande perteneciente a la compañía Costa Cruceros, efectuaba un crucero por el Mediterráneo, que salió del puerto de Civitavecchia (centro) con destino Savona (norte) para iniciar el viaje con escalas en Palermo (Sicilia), Cagliari (Cerdeña), Palma de Mallorca (España), Barcelona (España), Marsella (Francia) y regreso a Savona, según una nota de la compañía naviera.

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Dos horas después de salir de Civitavecchia, hacia las 21:30 horas (20:30 GMT), cuando el buque estaba en las cercanías de la isla de Giglio y los pasajeros cenaban, oyeron las sirenas de varios pesqueros y silbidos de los marineros sin saber de qué se trataba. "Ha sido una pesadilla, parecía el Titanic, pensábamos que íbamos a morir", afirmaron los italianos Silvana Caddeo, Ignazio Deidda y Mirella Corda a los medios locales, y precisaron que cuando cenaban se produjo el golpe, que propició la caída de botellas y vasos de las mesas.

Eran las 21:40 horas (20:40 GMT), según señalaron en su relato, e inmediatamente desde los altavoces de la nave les dijeron que se había producido un problema eléctrico y que no se preocuparan. "Pero la gente gritaba y los niños lloraban en medio de la total oscuridad", afirmaron, a la vez que aseguraron que inmediatamente se dieron cuenta de que la cosa era más grave, porque el barco comenzó a escorarse hacia un lado. Los italianos contaron cómo vieron a muchas personas arrojarse a las frías aguas del Tirreno.

Otros viajeros denunciaron que las tareas de socorro fueron muy lentas, que antes de abandonar el barco pasó una hora y media y que algunos miembros de la tripulación les contaron que el capitán de la nave sabía de la gravedad de la situación "y no hizo lo que debía". Yuri Selvaggi, su esposa y sus hijos -una familia de la localidad sureña italiana de Anagni- aseguró que en el barco dominaba el pánico y cuando fueron sacados en la barca salvavidas, ésta llegó incluso a chocar con la nave y por fortuna no volcó.

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Una vez en la isla de Giglio, cuyo alcalde puso a disposición de los viajero "todo lo que estuviera bajo techo", éstos fueron alojados en casas, centros deportivos y en la iglesia de la pequeña isla, que permaneció toda la noche abierta. El centenar de habitantes que durante el invierno vive en la isla se volcó con los viajeros y durante toda la noche les ofrecieron comidas y bebidas y le dieron todo el confort posible, según contaron, agradecidos.

Sobre los eventuales retrasos en el salvamento, la capitanía del puerto de Grosseto, del que depende Giglio, anunció que se abrirá una investigación, "ya que es verdad -dijo el capitán de corbeta Emilio Del Santo-, que muchos viajeros lamentaron la lentitud y una tripulación inadecuada".

Tras horas de nervios e incertidumbre, continúan las tareas de búsqueda y rescate y Francesco Schettino, comandante del crucero, ha dado su versión del naufragio: el Concordia golpeó un escollo que no estaba en los mapas náuticos. Empezó entonces a embarcar agua y por eso Schettino - que estaba en el timón, según contó a la Capitanería - decidió virar hacia la isla. Sin embargo, su explicación no ha logrado convencer a los medios italianos y personas que conocen la zona y fuentes cercanas a la investigación sostienen que para chocar contra el escollo, debía hallarse mucho más cerca de la isla de lo que era su ruta.

"La tripulación no tenía ni idea de cómo evacuar el barco y el capitán nos mintió. Dijo hasta el último minuto que todo estaba controlado y que era un fallo eléctrico", asegura en declaraciones recogidas por EFE la chilena Claudia Fehlandt, que está alojada en un hotel de Fiumicino.