JMJ 2011: Miles de jóvenes peregrinos en el Víacrucis en pleno corazón de Madrid

Quince de los pasos más representativos de la Semana Santa de toda España acompañaron al Santo Padre en una insólita y monumental oración

Por hola.com

La visita del Papa a España se compone de una apretada agenda de reuniones, celebraciones y oraciones de Benedicto XVI con los miles de jóvenes peregrinos desplazados desde todos los puntos del planeta. En su segundo día en Madrid, el Papa ha tenido varios encuentros: se ha reunido con los Reyes, la Infanta Elena y los Príncipes de Asturias en el Palacio de la Zarzuela; con cientos de monjas y representantes académicos en el Monasterio de El Escorial y también, ha compartido una reunión con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Pero sin duda, uno de los actos más impresionantes de la vigésimo sexta Jornada Mundial de la Juventud fue el Víacrucis presidido por el Santo Padre.

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Miles de peregrinos se desplazaron hasta el Paseo de Recoletos madrileño, por donde estaban repartidos 15 de los pasos más representativos de la Semana Santa, entre las plazas de Colón y Cibeles. Madrid asistió a algo insólito, nunca visto hasta el momento: pasos como “La Cena del Señor” de la Cofradía Nuestro Padre Jesús de Nazareno de Murcia, el famoso Cristo de Mena de Málaga, “Jesús clavado en la Cruz” de Zamora, “La Sepultura” de Segovia, o la Virgen de Regla, han salido a las calles fuera de la Semana Santa.

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Por primera vez en un Vía Crucis de la JMJ, el papa presidió toda la celebración, cuyas meditaciones escribieron las monjas de las Hermanitas de la Cruz, de Sevilla, y cada estación estuvo representada por un "paso", obras de arte de la imaginería española de los últimos cuatro siglos, que procesionan durante la Semana Santa. Durante su oración, el Pontífice pidió a los cientos de miles de muchachos asistentes que "no pasen de largo ante el sufrimiento" y agregó que la pasión de Cristo impulsa a sus seguidores a cargar sobre los hombros el sufrimiento del mundo, "con la certeza de que Dios no es alguien distante o lejano del hombre y sus vicisitudes".

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El Obispo de Roma destacó que las meditaciones de las Hermanitas de la Cruz, que sirven a los más pobres y menesterosos, facilitaron a los cientos de miles de presentes adentrarse en el misterio de la Cruz y agregó que en el camino hacia el Calvario también ayudó la contemplación de "estas extraordinarias imágenes del patrimonio religioso de las diócesis españolas". "Son imágenes donde la fe y el arte se armonizan para llegar al corazón del hombre e invitarle a la conversión", afirmó el papa, que subrayó que los cristianos, siguiendo a Cristo, "debemos dar la vida por los hermanos".

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La Cruz de los Jóvenes fue la que procesionó durante el Vía Crucis, llevada en cada estación por un grupo de diez jóvenes de diferentes países: España, Tierra Santa, Egipto, India, Irak, Brasil, Italia, Albania, Ruanda, Burundi, Francia, Jordania, Haití y Japón. Con la presencia de los jóvenes españoles se quiso recordar el terremoto que azotó a la ciudad de Lorca, que causó nueve muertos. Con los japoneses se recordó el fuerte terremoto y posterior tsunami que se cobró varias miles de fallecidos.

Al final del Vía Crucis y la monumental oración, todos los pasos, acompañados cada uno de dos bandas de música, fueron llevados por las cofradías hasta sus templos, en una procesión que se prolongó hasta las cuatro de la madrugada.