En los peores momentos, Jaycee Dugard, que permaneció secuestrada durante 18 años al este de San Francisco, encontró una vía de escape. Quizá por aquello de que la libertad interior nunca se pierde, la joven confesó sus pensamientos más íntimos en un diario.
El 5 de septiembre de 2003, seis años después de que Phillip Garrido la raptara de camino a la parada del autobús, escribió: "¿Cómo podría decirle que quiero ser libre?" Las emotivas palabras de Jaycee han salido a la luz ya que el fiscal adjunto del distrito de El Dorado, James Clinchard, reveló nuevos detalles del cautiverio.
Jaycee Dugard desapareció cuando era apenas una niña de 11 años, y recuperó su libertad el pasado mes de agosto convertida en toda una mujer, con 29 años y dos hijos fruto de las relaciones que su captor mantenía con ella. Durante su cautiverio, en un cobertizo instalado en el jardín de la casa de sus secuestradores, Jaycee se enfrentó a difíciles momentos que se ven reflejados en su cuaderno secreto. "Parece que me estoy hundiendo. Me temo que quieren tener el control de mi vida(...) Temo que no se da cuenta de que las cosas que dice me hacen un prisionero... ¿Por qué no puedo controlar mi propia vida? Ni siquiera puedo estar segura de que mis pensamientos son míos."
Desde que recuperara su vida, Jaycee, que sufre el inevitable trauma de un secuestro tan largo, se ha mantenido en el anonimato. Sí que quiso agradecer a todos quienes le han apoyado posando para una revista, donde aseguró que se sentía feliz de haber regresado: "Nada es más importante que el amor incondicional y el apoyo que tengo de mi familia".
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