Comprar casa: las subastas, pocas gangas

Subastas y ofertas de los bancos en pisos parten de un precio de mercado sobrevalorado

Por hola.com

Por la OCU

El paro frena la compra de casas, aumenta el stock de viviendas nuevas terminadas, las entidades financieras endurecen los criterios de concesión de hipotecas... Ante este panorama, estamos convencidos de que los precios del mercado inmobiliario caerán aún más, por lo que creemos que todavía no es momento para comprar inmuebles. No obstante, pueden encontrarse oportunidades de compra interesantes para quienes dispongan de liquidez o de acceso al crédito.

Entre estas oportunidades se encuentran los supuestos grandes descuentos en la venta de pisos de las entidades financieras y las subastas de inmuebles. Y los resultados se resumen en el dicho popular "no es oro todo lo que reluce".

Precio de salida sobrevalorado

Los bancos y cajas de ahorros han irrumpido en le mercado inmobiliario con grandes rebajas en los precios de venta de pisos para así poder desprenderse de los inmuebles que s eles amontonan. Sin embargo, algunas de las ofertas son muy relativas. todo depende del precio de partida que se tome, que puede venir de tasaciones infladas o que correspondan a periodos anteriores.

Grandes riesgos en las subastas

Aunque en principio cualquier persona puede pujar, los no iniciados deben ir con pies de plomo. Una gran parte de las subastas públicas las llevan a cabo los propios juzgados (subastas judiciales) pero también lo hacen otros organismos públicos como  Hacienda o la Seguridad Social. Además, están las casas privadas de subastas, y todas ellas entrañan riesgos:

En las subastas judiciales, la información es poco accesible. Se anuncian por edictos en los tablones de anuncios de los juzgados 20 días antes de la subasta. Allí figuran todos los datos esenciales: el juzgado que la realiza, el número del procedimiento, el bien que se subasta, la cantidad de dinero y el banco en el que tiene que ser ingresado previamente. Asimismo, algunos juzgados no permiten el acceso al expediente completo y éste puede contener errores. Atención: en muchos casos no se transmite el 100% de la propiedad sino solo una parte, por lo que el adquiriente integrará una comunidad de bienes con otros propietarios, algo poco recomendable.

A pesar de que el Registro de la Propiedad expide una certificación de cargas, algunos elementos hay que comprobarlos sobre el terreno: la dirección exacta, la superficie, los linderos, la existencia de inquilinos o usufructuarios que no s epueden echar... Quien adquiere el inmueble se responsabiliza de las cargas anteriores a la anotación del embargo que se está ejecutando (puede haber hipotecas anteriores). Las deudas posteriores quedarán anuladas salvo las del IBI y las de la comunidad de propietarios que correspondan l año anterior y a los meses transcurridos del año en curso.

Además, resultado incierto

Para participar en una subasta hay que adelantar una suma elevada de dinero. Y no se tiene ninguna seguridad de que vaya a conseguir su objetivo. Se puede truncar por motivos formales (notificaciones inrregulares, por ejemplo), que pueden suspender o paralizar el procedimiento en cualquier momento. Además, si el precio de adjudicación no supera el 70 por ciento el de salida, la aprobación del remate queda en suspenso y el deudor puede presentar a un mejor postor en el plazo de 10 días. Incluso si le adjudican el inmueble, sepa que el propietarios puede pagar su deuda hasta que el juez dicte auto de aprobación del remate, con lo que usted habrá perdido el tiempo y deberá esperar a que le devuelvan el adelantado.

Mismo riesgo en las privadas

Existen casas privadas especializadas en subastas, como CB Richard Ellis. Se puede pujar por Internet previo depósito de una cantidad. Quien ofrezca la puja más alta será el adjudicatario, que deberá firmar primero un contrato de arras y, posteriormente, la escritura de compraventa. Si renuncia, pierde la suma depositada. La entidad ofrece información sobre el inmueble, pero se exonera d etoda responsabilidad por su situación jurídica, registral y física.

Con todo, no se deje llevar por las prisas, ya que la crisis inmobiliaria no ha terminado. En general, es mejor que usted mismo elija dónde y cómo quiere el inmueble, aunque para ello tenga que negociar los precios.