El 'monstruo de Amstetten': "Mi madre nunca me quiso"

Josef Fritzl se ha declarado “no culpable” del asesinato de su hijo-nieto, ha rechazado la acusación de “esclavitud” y reconoce su culpabilidad en los delitos sexuales

Por hola.com

Se espera que el juez pueda dictaminar un veredicto el próximo viernes.

Durante el juicio, el acusado ha declarado sentirse un hijo “no deseado”, "Mi madre nunca me quiso. No quería ningún niño y actuó en consecuencia. Ella me maltrataba", explicó a las preguntas de la juez Andrea Humer.

Esta situación cambió radicalmente cuando Josef cumplió los doce años y empezó a defenderse de las agresiones de su madre, "a partir de ese momento me convertí en el demonio para ella". Su madre murió años más tarde. La parte final de su vida, la pasó en “la casa del horror”, como se conoce la residencia de Josef Fritzl, donde el acusado, tapió las ventanas y la puerta del cuarto de su madre también para que nunca más viera la luz del sol.

Activistas en la defensa de los menores, han aprovechado el inicio del juicio para manifestarse en las inmediaciones del juzgado contra los abusos infantiles. En declaraciones a las agencias que cubren el juicio, Peter Rosenauer de la plataforma “Resistencia por la paz” ha declarado que “estamos aquí para criticar al Gobierno, porque en este país el abuso sexual se considera casi una tontería” Se plantea incluso hacer cambios en la legislación de menores donde el vicepresidente del tribunal Frank Cutka ha respondido que “eso habría que plantearlo en el parlamento”

Sólo la acusación de asesinato podría hacerle pasar a Fritzl el resto de su vida en prisión.

El acusado ha llegado a los juzgados de la ciudad de Sankt Pölten a las nueve y cuarto de la mañana, tapándose la cara con una carpeta. No se ha permitido la entrada de prensa en el juicio, que durará desde hoy lunes hasta el próximo viernes.

En Austria, ya se conoce el caso como “el proceso del siglo”. El acusado, Josef Fritzl, mantuvo encerrada y abusó sexualmente cientos de veces a su hija durante más de dos décadas en un sótano fortificado bajo su casa. Incluso la obligó a tener hijos con él, lo que les convertía automáticamente en hijos-nietos del acusado.

El delito de asesinato al que se enfrenta Fritzl se cometió en 1996 cuando Elisabeth, la hija del acusado, dio a luz a dos gemelos, fruto de una violación sufrida por parte del acusado. Poco después de nacer los niños, uno de ellos murió y Fritzl se deshizo del cadáver quemándolo en la caldera.

La historia no deja de sorprendernos por su crueldad y por la forma en la que ha mantenido esta barbaridad en secreto tanto tiempo. La hija de Fritzl y sus seis hijos, viven ahora en paradero desconocido y han cambiado de identidad.

El caso salió a la luz cuando una de las hijas que nunca había visto la luz del sol, Kerstin, de 19 años, enfermó de gravedad y tuvo que ser trasladada al hospital por el propio Fritzl.

Una vez allí, se empezó a descubrir el pastel.

Al principio les tenía que atar con correas pero cuando ya eran más mayores les dejaba libres con la limitación de no salir del sótano, bajo amenaza de matarles con gas si intentaban escapar.

Tres de los niños nacidos en el sótano fueron criados por Fritzl y su mujer, Rosemarie, después que él fingiera que Elisabeth los había abandonado. La policía finalmente exculpó a la mujer de Fritzl.

El juicio ha comenzado hoy bajo la atenta mirada de una sociedad austriaca indignada. Se enfrenta a una lista de cargos como el de asesinato, violación, esclavitud, privación ilegítima de libertad y coacción a incesto. Un jurado de ocho personas serán los encargados de dictaminar el punto de culpabilidad de este perturbado.

La hija de Fritz, Elisabeth que hoy tiene 43 años, no se personará en el juicio ya que ha grabado toda su declaración en unas cintas de 11 horas de duración. Una vez pasado el juicio, ella misma decidirá si hace alguna declaración. Los tabloides británicos le ofrecen cifras astronómicas por una entrevista exclusiva.

Según publica hoy el diario ABC, un grupo de juristas austriacos señalan que será difícil probar el cargo de asesinato. Por lo tanto, Fritzl podría ser condenado a sólo 15 años de cárcel por violación, aunque la fiscalía ha declarado que independientemente de la sentencia, Fritzl debería ser internado de por vida en un psiquiátrico.